No es nada sencillo soportar la presión de ser favorito. Esa expectativa que espera que cuentes todos tus partidos por victorias, o al menos que tu nombre aparezca de manera casi ininterrumpida en las últimas rondas. Si a esto le sumamos que el individuo en cuestión tiene 19 primaveras, acaba de saltar al profesionalismo y ha pasado en un tan solo año de ser una promesa a convertirse en la mejor raqueta del planeta, la dificultad de lidiar con esta responsabilidad es si cabe aún mayor.

Carlos Alcaraz ha demostrado una templanza casi inverosímil en muchos momentos de la temporada, sin embargo, hoy no pudo controlar dicha presión en un encuentro que no dominó prácticamente en ningún momento. Enfrente, David Goffin se presentaba como un reto importante para tratarse de una primera ronda. Su papel de lucky loser (es decir, entró en el cuadro final debido a la baja de otro tenista ya clasificado) disfrazaba el impacto real que podía mostrar, ya que recordemos que llegó a ser top 10 hace no tanto tiempo. Merced de un tenis estudiado e inteligente supo encontrar el camino a la victoria por 5-7 y 3-6 en casi dos horas de duelo.

Observando los tres primeros juegos del reciente ganador del US Open, parecía que la intensidad que tanto le caracteriza iba a dar buenos frutos. Goffin, a pesar de gozar de dos bolas de break, estaba apagado y casi recordando la clase magistral que le dispensó su oponente en el primer enfrentamiento entre ambos, allá por febrero de 2021.

Poco duró la alegría, porque en un abrir y cerrar de ojos pasamos del 2-1 al 2-5. La preocupante quietud de piernas del nacido en El Palmar era aprovechada por el ex número siete del mundo, sabedor de que contaba con una gran oportunidad para dar la campanada. Si bien Alcaraz no sabía muy bien qué hacer para contrarrestar el excelso nivel del belga, cuando este se disponía a sacar para llevarse el primer set, una rotura igualó de nuevo el marcador. Este traspiés daba un respiro al murciano que podía ayudarle a aclarar las ideas.

De la esperanza al desastre

Los ánimos del pupilo de Ferrero unidos a las dudas expuestas por el rival podían suponer otro clavo al que agarrarse para cambiar la dinámica. Justo cuando que parecía el tie break dictaría sentencia, regresaron los incomprensibles errores que terminaron sentenciando la primera manga. Debía mejorar mucho, pero conociendo a «Carlitos» sabíamos que iba a vender muy cara la derrota.

Un 5-1 de parcial desalentó al primer cabeza de serie del certamen, que se mostraba irreconocible y sin hallar el modo de darle la vuelta al choque. Ya sin expectativas, un break daba algún síntoma de remontada que poco después el de Lieja se encargó de silenciar exhibiendo una confianza desbordante.

Alcaraz: «Tengo que aprender de este tipo de partidos»

En rueda de prensa ofreció su versión de los hechos sobre la sorprendente eliminación a manos de Goffin: «Ha sido un partido duro, David ha jugado de maravilla. Volver a la competición nunca es fácil, él llevaba ya dos partidos en esta pista, que al ser tan lenta tampoco es la más sencilla para acostumbrarse. No he podido adaptarme, él ha sido muy agresivo y yo no he podido manejar la presión que me colocaba. Tengo que aprender de las lecciones de partidos como éste«.

Ahora descansará con el objetivo de finalizar el fantástico curso de la mejor forma posible. La siguiente parada del mejor jugador de 2022 será en el atp 500 de Basilea, evento en el que participará por primera vez. Más tarde, el Masters 1000 de París-Bercy, las ATP Finals y las Finales de la Copa de Davis cerrarán el exigente calendario del español.