Ida de los octavos de final de la Champions League. Kilian Mbappé, en los últimos minutos de partido, marcaba el gol que podía costarle la eliminatoria al Real Madrid. Y el Bernabéu aplaudió. Semanas más tarde, el francés ha dejado tirados a los blancos, para renovar con el PSG. El mundo del fútbol debería aprender: ningún futbolista tiene que estar por encima de cualquier club. Se llame como se llame. 

 

Florentino se bajó los pantalones. Como no hizo con Ramos, como no hizo con Cristiano. Pero el mejor del mundo no llegará a Madrid y el club ha hecho uno de los mayores ridículos de su historia. Los blancos deberán cerrar filas y recomponerse, de cara a la temporada que viene. Una temporada que se prevé difícil, en un Bernabéu que no aplaudirá a Mbappé. 

 

Autor: Jon García Casado