Un enorme Tiafoe despide a Nadal del US Open

Un enorme Tiafoe despide a Nadal del US Open

El manacorí cae eliminado en octavos de final y corta su racha de 22 victorias consecutivas en Grand Slam

Hasta los más grandes tienen momentos de flaqueza, esos días en los que por más que intentas cambiar cosas notas como todo se te va haciendo cuesta arriba y no hay manera de darle la vuelta a la situación. Esto le mismo le ocurrió a Rafa Nadal en uno de los peores partidos que se le recuerda en los últimos meses. Enfrente, un explosivo Frances Tiafoe no acusó la presión de enfrentarse al coloso español y logró derrotarle por 6-4, 4-6, 6-4 y 6-3 en un choque que superó las tres horas de duración.

Se presumía que íbamos a presenciar un partido especial. La Arthur Ashe abarrotada confiaba en que el último superviviente local del cuadro masculino pudiera dar la sorpresa ante un Nadal que llegaba a esta cita con muchas dudas a sus espaldas.  Y es que el torneo de uno y otro estaba siendo bien distinto; ya que el de Maryland todavía no sabía lo que era perder un set mientras que el ganador de 14 Grand Slams había cedido uno contra Hijikata y otro frente a Fognini, dejando además unas sensanciones bastante pobres.

Nadal, irreconocible

La igualdad estuvo presente en los primeros compases. Tiafoe trataba de imponer su tremenda potencia de fondo de pista, sin embargo su rival podía controlar el ritmo del estadounidense. Todo cambió en el séptimo juego de la primera manga, cuando los bajos porcentajes de primeros servicios provocaron que el cuatro veces campeón en Nueva York gozara de oportunidades de break, opciones que finalmente desperdició tras unos errores impropios de él. Tras el cambio de lado fue su oponente quien no tuvo piedad y logró una rotura que más tarde certificó, llevándose así el primer parcial.

Sorprendía la poca energía que desprendía el balear, al que se le notaba incómodo por dureza de las condiciones y demasiado lento de piernas para poder dominar más con su derecha. También debía mejorar al saque y especialmente al resto. Pues dicho y hecho.

En la segunda manga pudimos ver una versión más intensa de Rafa. Sus juegos al servicio ya no eran un suplicio y notaba cómo poco a poco lograba desbordar más a un Frances que seguía prácticamente intratable en sus turnos de saque. Con este panorama llegamos al décimo juego con la responsabilidad para el norteamericano de igualar el marcador, pero esta vez fue el segundo cabeza de serie el que se inventó varios golpes maestro que terminaron por descolocar a su adversario. Una doble falta en el peor momento posible empataba el encuentro.

Un huracán llamado Tiafoe

A pesar de que el pupilo de Wayne Ferreira estaba siendo superior no era capaz de plasmar esa diferencia ante un Nadal que estaba aún lejos de su mejor nivel. Parecía que había llegado el cambio de dinámica. O quizás era tan solo un espejismo, porque en el tercer parcial de nuevo se observó al ex número número uno sin la chispa necesaria para hacer frente al ciclón que se encontraba al otro lado de la pista. Y fue así como merced de un tenis antológico consiguió tres juegos consecutivos que le colocaban a un solo paso de dar la campanada del torneo.

Era ahora o nunca para ganador de 22 de Grand Slams, sabedor de que debía encontrar soluciones si quería frenar el ímpetu de «Big Foe». Aunque bajo todo pronóstico el español se colocó 3-1 a favor, dos inoportunas dobles faltas macharon un juego que terminó en manos del tenista de origen sierraleonés. A partir de aquí el tremendo vendaval del jugador local acabó por liquidar a Nadal, que impotente veía como su derrota aparecía en el horizonte neoyorquino.

Virtual número uno

La única noticia positiva, si es que hay alguna, es que el jugador entrenado por Carlos Moyá aún tiene opciones de volver a liderar el ranking mundial dos años y medio después. Para que esto suceda, Alcaraz y Ruud deben no alcanzar la final del US Open. Por otra parte, si alguno de los dos participa en el último encuentro del abierto norteamericano automáticamente se convertirá en nuevo número uno del mundo.

Autor: Carlos Sánchez