Alcaraz es el número uno

El murciano conquista el US Open tras superar a Ruud y se convierte en el más joven de la historia en llegar a número uno del mundo

Hay momentos en los que surgen jugadores con un halo especial. Personas capaces de emocionar, divertir, impactar y maravillar, mientras demuestran la tremenda capacidad que poseen para conseguir todo lo que se propongan. Uno de esos chicos es Carlos Alcaraz, que en poco más de un año y medio ha demostrado un crecimiento difícil de imaginar hasta en los que eran más optimistas.

Si bien el año pasado aterrizó en Nueva York siendo el número 55 del ranking atp, tan solo un año después su nombre aparecerá liderando la clasificación mundial. Este hecho lo erige como el más precoz en alcanzar dicho puesto, un hito que lo coloca en un lugar muy especial en la historia del tenis. Su victoria ante Casper Ruud por 6-4, 2-6, 7-6 y 6-3, también le otorga el honor de ser el primer tenista español no llamado Rafa Nadal que levanta un título de Grand Slam desde que su entrenador se adueñara de Roland Garros en el año 2003. Un mes después de dicho éxito nacía el que ahora es su discípulo. Difícil imaginar una narrativa mejor.

El encuentro comenzó muy tenso: tanto el noruego como Alcaraz se jugaban mucho, ya que el vencedor alcanzaría el número uno y el primer «Major» de su carrera. Poco a poco el pupilo de Ferrero se fue imponiendo, algo que reflejaría con un break en el cuarto juego. El noruego por otra parte se encontraba un poco perdido y sin saber muy bien cómo meter mano a su rival. Finalmente dando muestras de una gran solidez, el nacido en El Palmar se apuntó la primera manga a su favor.

 Un peligroso bloqueo mental

Parecía que el segundo set seguiría con la misma dinámica, sin embargo varios errores del tercer cabeza de serie provocaron una rotura que otorgó al nórdico un break clave para su confianza. A partir de allí la precipitación y el desgaste mental fueron el talón de Aquiles del joven prodigio, que se desesperaba continuamente. Estas emociones contrastaban con las del jugador formado en la Rafa Nadal Academy, mucho más próximo a su plan de juego. Cuatro juegos consecutivos de este empataron el choque.

A pesar de un prometedor inicio de set con break incluido, pronto volvimos a las sensaciones de los últimos minutos. Carlos se le notaba preocupado debido a que Casper le estaba comiendo terreno, sobre todo en el aspecto mental. Uno no veía la forma de hacerle daño al rival mientras el otro cada vez estaba creyendo más en sí mismo.

Todo cambió con 4-3 en el electrónico, momento en el que el flamante número uno utilizó el saque y la derecha para seguir enganchado al partido. Los «vamos» del español retornaban en la Arthur Ashe, consciente de que aún podía frenar la racha del pasado finalista de Roland Garros. Aunque el orden regresó al esquema del murciano, el buen hacer del de Oslo otorgó a este dos bola de set que no supo aprovechar. Finalmente el máximo ganador de 2022 condujo la situación hasta el tie break.

Exhibición en el tie break

En el juego decisivo volvimos a presenciar la mejor versión de Alcaraz, que valiéndose del servicio y el resto como principales armas desbordó a un Ruud impotente ante el excelso nivel de su adversario. De nuevo otro «vamos» retumbó en la pista central como el rugido de un león hambriento. Ya se encontraba a solo un parcial de distancia de saborear la gloria.

La paciencia y concentración con la que encaraba los puntos no tenía nada que ver con antes: llegaba a todo, sacaba genial, restaba mejor y lucía una movilidad prácticamente inmejorable. Merced de este enorme cambio llegó el tan ansiado break que le colocaba a dos pasos del triunfo en Nueva York. Los nervios no fueron impedimento para que cerrara su cita con la historia. No estaba soñando, había ganado el US Open, y como premio extra obtenía el privilegio de proclamarse nuevo rey del tenis mundial. El niño de la sonrisa eterna ya es el mejor jugador del mundo.

Los números de una hazaña

En cuanto a las cifras, Alcaraz ha logrado colarse en la lista de campeones de Grand Slam menores de 20 años. En dicho repertorio, en el cual ocupa el octavo lugar, se encuentran nombres ilustres de la talla de Borg, Edberg, Becker, Sampras o Nadal. Con esta victoria se coloca como el segundo ganador más novato en hacerse con el abierto estadounidense, únicamente por detrás de Pete Sampras.

Por otro lado, es el más joven en levantar un «grande» desde que Rafa Nadal conquistara Roland Garros en el año 2005. Junto con el propio manacorí, Ferrero, Moyá, Arantxa Sánchez Vicario y Garbiñe Muguruza forma parte del grupo selecto de tenistas nacidos en España capaces de llegar a la cima del ranking. También es el cuarto español que inscribe su nombre en el US Open tras los triunfos de Manuel Orantes, Arantxa Sánchez Vicario y Rafa Nadal.

Autor: Carlos Sánchez

Un enorme Tiafoe despide a Nadal del US Open

Un enorme Tiafoe despide a Nadal del US Open

El manacorí cae eliminado en octavos de final y corta su racha de 22 victorias consecutivas en Grand Slam

Hasta los más grandes tienen momentos de flaqueza, esos días en los que por más que intentas cambiar cosas notas como todo se te va haciendo cuesta arriba y no hay manera de darle la vuelta a la situación. Esto le mismo le ocurrió a Rafa Nadal en uno de los peores partidos que se le recuerda en los últimos meses. Enfrente, un explosivo Frances Tiafoe no acusó la presión de enfrentarse al coloso español y logró derrotarle por 6-4, 4-6, 6-4 y 6-3 en un choque que superó las tres horas de duración.

Se presumía que íbamos a presenciar un partido especial. La Arthur Ashe abarrotada confiaba en que el último superviviente local del cuadro masculino pudiera dar la sorpresa ante un Nadal que llegaba a esta cita con muchas dudas a sus espaldas.  Y es que el torneo de uno y otro estaba siendo bien distinto; ya que el de Maryland todavía no sabía lo que era perder un set mientras que el ganador de 14 Grand Slams había cedido uno contra Hijikata y otro frente a Fognini, dejando además unas sensanciones bastante pobres.

Nadal, irreconocible

La igualdad estuvo presente en los primeros compases. Tiafoe trataba de imponer su tremenda potencia de fondo de pista, sin embargo su rival podía controlar el ritmo del estadounidense. Todo cambió en el séptimo juego de la primera manga, cuando los bajos porcentajes de primeros servicios provocaron que el cuatro veces campeón en Nueva York gozara de oportunidades de break, opciones que finalmente desperdició tras unos errores impropios de él. Tras el cambio de lado fue su oponente quien no tuvo piedad y logró una rotura que más tarde certificó, llevándose así el primer parcial.

Sorprendía la poca energía que desprendía el balear, al que se le notaba incómodo por dureza de las condiciones y demasiado lento de piernas para poder dominar más con su derecha. También debía mejorar al saque y especialmente al resto. Pues dicho y hecho.

En la segunda manga pudimos ver una versión más intensa de Rafa. Sus juegos al servicio ya no eran un suplicio y notaba cómo poco a poco lograba desbordar más a un Frances que seguía prácticamente intratable en sus turnos de saque. Con este panorama llegamos al décimo juego con la responsabilidad para el norteamericano de igualar el marcador, pero esta vez fue el segundo cabeza de serie el que se inventó varios golpes maestro que terminaron por descolocar a su adversario. Una doble falta en el peor momento posible empataba el encuentro.

Un huracán llamado Tiafoe

A pesar de que el pupilo de Wayne Ferreira estaba siendo superior no era capaz de plasmar esa diferencia ante un Nadal que estaba aún lejos de su mejor nivel. Parecía que había llegado el cambio de dinámica. O quizás era tan solo un espejismo, porque en el tercer parcial de nuevo se observó al ex número número uno sin la chispa necesaria para hacer frente al ciclón que se encontraba al otro lado de la pista. Y fue así como merced de un tenis antológico consiguió tres juegos consecutivos que le colocaban a un solo paso de dar la campanada del torneo.

Era ahora o nunca para ganador de 22 de Grand Slams, sabedor de que debía encontrar soluciones si quería frenar el ímpetu de «Big Foe». Aunque bajo todo pronóstico el español se colocó 3-1 a favor, dos inoportunas dobles faltas macharon un juego que terminó en manos del tenista de origen sierraleonés. A partir de aquí el tremendo vendaval del jugador local acabó por liquidar a Nadal, que impotente veía como su derrota aparecía en el horizonte neoyorquino.

Virtual número uno

La única noticia positiva, si es que hay alguna, es que el jugador entrenado por Carlos Moyá aún tiene opciones de volver a liderar el ranking mundial dos años y medio después. Para que esto suceda, Alcaraz y Ruud deben no alcanzar la final del US Open. Por otra parte, si alguno de los dos participa en el último encuentro del abierto norteamericano automáticamente se convertirá en nuevo número uno del mundo.

Autor: Carlos Sánchez